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¡LA CASA CULTURAL 18 DE DICIEMBRE FUE BRUTALMENTE DESALOJADA!!!

El pasado 16 de julio de 2015, sin previo aviso, se desarrolló diligencia de desalojo con la presencia de cerca de 150 agentes de la Policía Nacional, incluyendo Fuerza Disponible y ESMAD. La diligencia era encabezada por Lilia María Albarracín Gómez, Inspectora 11C (E) de Policía, y el Mayor Luis Quinche, de la Policía Metropolitana de Bogotá. Una muestra más de la sistemática violación de Derechos Humanos en Colombia, de la continua persecución a las organizaciones sociales y de los enormes desafíos para la construcción de una paz con justicia social.

Tras casi un año de trabajo por parte de las organizaciones sociales en el barrio Corinto, desde el lanzamiento oficial de la Casa Cultural 18 de Diciembre, se realizó un violento desalojo por parte de autoridades policiales y judiciales, dejando la casa vacía y a 10 personas detenidas. El pasado 16 de julio de 2015, sin previo aviso, se desarrolló diligencia de desalojo con la presencia de cerca de 150 agentes de la Policía Nacional, incluyendo Fuerza Disponible y ESMAD. La diligencia era encabezada por Lilia María Albarracín Gómez, Inspectora 11C (E) de Policía, y el Mayor Luis Quinche, de la Policía Metropolitana de Bogotá.
 
Con este episodio, nuevamente el barrio debió ser testigo del uso desproporcionado de fuerza para despojar a una familia de su vivienda y a los niños y jóvenes de su Casa Cultural y de la maquinaria de represión con la que el Estado responde a quienes defienden su derecho a una vivienda digna. Desde muy tempranas horas de la mañana, irrumpieron dos tanquetas y un camión de bomberos. Ante la negativa de la Inspectora (E) Lilia Albarracín de encontrar otra salida a la situación, es ordenado el allanamiento y las autoridades procedieron a realizar el desalojo y a violentar las puertas para ingresar a la casa. Quienes nos encontrábamos dentro de la casa fuimos agredidos con el chorro de agua de las tanquetas, con gases lacrimógenos y con balas de goma y “marcadoras” disparadas por agentes del ESMAD. Los vecinos y jóvenes de organizaciones sociales hicieron presencia en el barrio rechazando la arbitrariedad y la brutalidad con que se realizó el desalojo.
 
Unas horas después y, tras derrumbar las puertas de la casa, agentes de la Fuerza Disponible ingresaron, agrediendo e insultando a quienes dignamente defendimos nuestra casa. Fuimos detenidas 10 personas. Nuestra Casa Cultural quedó en muy mal estado tras las agresiones de la Policía. Nuestros cuerpos evidenciaban las lesiones provocadas por las balas de goma y “marcadoras” disparadas por el ESMAD. Al ser trasladados a la Estación de Policía de Suba fuimos víctimas de empadronamiento y luego llevados a la URI de Paloquemao por supuesta “violencia contra servidor público”. Es de resaltar que el acta de la diligencia de desalojo, elaborada por la Inspectora (E) Lilia Albarracín, contiene una serie de calumnias y falsedades tales como lo manifestado por el Mayor Luis Quinche, quien dice dejar constancia de “que se garantizaron el respeto por los derechos humanos y el debido proceso a los residentes del inmueble, no se usaron gases lacrimógenos por parte del smad o fuerza disponible”.
 
Dignidad, solidaridad y unidad.
 
El violento desalojo realizado contra la Casa Cultural 18 de Diciembre y la detención arbitraria de 10 personas, desató un incontenible torrente de solidaridad y denuncia en redes sociales. Ante la sistemática persecución y criminalización de los movimientos sociales en nuestro país, con casos como los sucedidos en contra de nuestras compañeras y compañeros de Congreso de los Pueblos y la Fundación DHOC, y ahora con la detención de “los 10 de la 18”, fueron convocadas jornadas de solidaridad y mítines en Paloquemao para rechazar las maneras en las que el gobierno colombiano viene violentando los más fundamentales Derechos Humanos y estigmatizando a quienes se manifiestan en defensa de una vida digna y de la justicia social. Las banderas del Congreso de los Pueblos, de Marcha Patriótica, de la Unión Patriótica y de otras expresiones del movimiento social colombiano, se alzaron en estas jornadas en un grito unitario exigiendo un inmediato cese de hostilidades por parte del gobierno colombiano en contra de quienes defienden el derecho a la alegría y a vivir dignamente. El viernes 17 de julio, al casi finalizar la tarde, fuimos liberados “los 10 de la 18”, intercambiando sonrisas y fuertes abrazos con nuestros compañeros y familiares, sin olvidar, claro está, que aún en las mazmorras permanecen hechos prisioneros políticos miles de nuestras compañeras y compañeros.
 
La intimidación y la persecución continúan.
 
Al parecer, las autoridades no han quedado satisfechas con el brutal desalojo del que fuimos víctimas. Aún sin recuperarnos por completo de las lesiones y del desalojo, decidimos continuar con el proceso social en el barrio, con los talleres de educación popular en agricultura urbana, actividad deportiva y artes. Los sábados seguirán siendo días de trabajo con los niños y jóvenes del barrio. Ante esta decisión de permanecer trabajando en el barrio, la Policía ha venido realizando acciones de intimidación y persecución. El pasado sábado 25 de julio de 2015, mientras realizábamos una nota con medios de comunicación alternativos y mientras se preparaban los talleres a realizar con la comunidad, hicieron presencia agentes de la Policía, afirmando que no tenemos autorización para realizar nuestro trabajo en el barrio.
 
Tras la negativa a retirarnos del lugar, fue desplegado un operativo de unos 20 agentes de Policía, quienes procedieron a intimidar y requisar a las y los jóvenes de las organizaciones sociales y de los medios alternativos de comunicación. Fuimos precisamente interrumpidos, de manera hostil, cuando íbamos a jugar un partido de fútbol con niños y jóvenes del sector.

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