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Participación resistente, renegociar la modernización de los barrios bajos mediante la resistencia

Resumen

La modernización de los barrios bajos es una política que se defendió en todo el sur global con pocos obstáculos. Gran parte del "éxito" detrás de la modernización de los barrios bajos es que se llevó a cabo de manera participativa. Contrario a lo que muchas instituciones creen, el mundo académico demostró cómo la política participativa a menudo sirve para terminar el debate y minimizar la responsabilidad que rodea la implementación de proyectos de infraestructura a gran escala. En el caso de Nairobi, las "élite" locales cooptan a muchos de estos grupos participativos.

Como resultado, muchos de los posibles beneficiarios de la modernización de los barrios bajos son excluidos del proyecto sobre todo la categoria de los inquilinos que son residentes. Sin embargo, nunca se escucha el descontento con respecto a la modernización de los barrios bajos más allá de los límites de la comunidad local. Este informe brinda una mirada preliminar a las formas locales de resistencia y si la resistencia puede ofrecer o no una alternativa viable para muchos de los residentes de los barrios bajos excluidos de la modernización de dichos barrios.

Agradecimientos

Ante todo, quiero agradecer a la Alianza Internacional de Habitantes, en especial a Cesare Ottolini, por darme esta oportunidad para aplicar gran parte del trabajo que realicé durante mi maestría. Quiero agradecer también a Jean-Fabien Steck por guiarme durante este proceso. No obstante, este informe no hubiese sido posible sin la ayuda y apoyo incesantes de Wilfred Olal. De la misma manera, quiero agradecer infinitamente a Kennedy Chindi, Ben Ooko y Martin Ndungu por estar disponibles para ayudarme y guiarme durante todo el proceso. Sin su dedicación, consejo y aliento, no hubiese sido capaz de alcanzar el nivel de análisis que brinda este informe. Por último, quiero agradecer a David Mwaniki, Humphrey Otieno, Tom Mboya, Brian Inganga, Peter Nyagesera y todos los demás residentes de Nairobi que tuve la posibilidad de entrevistar.

Las R-Existencias: lecciones desde los barrios pobres de Nairobi  

Cesare Ottolini*

La oposición a los proyectos ya sean pequeños o grandes para la construcción de infraestructura, modernización, expansión de ciudades o densificar barrios es, muy a menudo, presentada por los medios de comunicación principales como un rechazo al progreso, el deseo de preservar privilegios de menorias o reclamos estériles de derechos humanos, incapaces de producir políticas de vivienda y de urbanismo para abordar los inmensos problemas de vivienda y urbanos que afectan a más de 1 500 millones de personas en todo el mundo.

Investigación que profundiza la realidad de la resistencia a los desalojos

Esta investigación, llevada a cabo como parte de la colaboración entre Sciences Politiques Paris, Urban School, Governing the Large Metropolis y Alianza Internacional de Habitantes, tuvo como objetivo profundizar y comprender lo que realmente sucede detrás de los metadatos, quiénes son los protagonistas sociales e institucionales en el terreno, la naturaleza de los conflictos y las propuestas que producen.

En 2018 Brice Jacquemin pasó varios meses en Nairobi, bajo la supervisión de Jean-Fabien Steck y mi propia coordinación en búsqueda de respuestas reales en un territorio específico, sin dar por sentado ni la lectura oficial ni la interpretación superficial de episodios de resistencia, cuestionando a protagonistas en ambos lados y comparando las respuestas con la literatura científica sobre el tema.

Al comenzar con un caso específico y arquetípico, la idea era profundizar en las raíces de los argumentos utilizados por los medios de comunicación tradicionales, respaldados por investigaciones científicas, que demuestran que más de la mitad de la población mundial vive ahora en ciudades. Sin embargo, los mismos medios hacen un salto lógico incomprensible: que solo las políticas implementadas en el cuadro de la Nueva Agenda Urbana son consideradas, esperadas e inmutables. Estos argumentos parecen considerar la tendencia de la urbanización de toda la población humana como imparable e inevitable, sin cuestionar el papel de las ciudades y las asociaciones público-privadas que apoyan este desarrollo ilimitado.

En la medida en que este enfoque dominante considera el factor humano, las autoridades a cargo del desarrollo a menudo consideran a los habitantes como una variable dependiente del mismo, es decir, uno de los pilares de las políticas capitalistas y neoliberales fundadas precisamente en la reproducción continua del capital. En el caso de un proyecto vial o un asentamiento turístico, los habitantes deben ser trasladados si están en el camino, sin ninguna posibilidad de cuestionar la dirección de la carretera o la prioridad otorgada a los hoteles u otros proyectos de infraestructura en comparación con los ya existentes asentamientos habitacionales.

En otras palabras, se ve a los habitantes como las hojas secas, cubiertas por las nuevas estaciones o también se los denomina ilegales y, por lo tanto, son barridos a menudo sin ninguna advertencia o compensación adecuada. Incluso cuando se ofrecen soluciones de vivienda, casi siempre son insostenibles en cuanto a lo económico o social y rara vez respetan los derechos humanos tal como se definen en los Comentarios Generales no. 4 [1]  , no. 7 [2]  y no. 24 [3]  del Comité de la ONU sobre PIDESC.

Hay varios niveles involucrados en lograr el objetivo de marginar y trivializar los efectos secundarios del desarrollo urbano, en particular los desalojos.

A nivel científico, al eliminar el indicador de ”desalojos” del Índice de Tugurios de las Naciones Unidas, resulta en una falta de datos recopilados y por lo tanto no hay una cuantificación oficial de los desalojos. Otro paso en el camino a pasar por alto de manera oficial los desalojos fue la disolución del Grupo Asesor sobre Desalojos Forzados por parte de ONU Hábitat que, hasta el año 2009, analizó y ofreció soluciones a los casos, a menudo difíciles, para los diferentes actores interesados, proporcionando una visión general.

Este empuje para ignorar la realidad ha llevado a que la resistencia de los habitantes se presente como residual, antihistórica o como expresión de intereses partidistas y / o criminales. Sobre esta base, los movimientos de resistencia son más fáciles de aislar y, por lo tanto, más fáciles de atacar por medio de la policía y los tribunales, con topadoras e incendios.

En un nivel más sofisticado, que corresponde a los estándares aparentes del políticamente correcto, los movimientos de resistencia se ven debilidados por la llamada ”mejora participativa de barrios marginales”», el enfoque adoptado por ONU Hábitat y el Banco Mundial para promover la resiliencia con la mayoría de las ONG que operan sobre el terreno siendo neutral, si no es de apoyo.

Alternativas posibles a las mejoras de barrios marginales

¿Estamos seguros de que ésta es la realidad y que éstos son los caminos correctos para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11: hacer que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles?

¿O existen alternativas que, respetando los derechos humanos y con la participación de los habitantes, incluso las expresadas a través de la resistencia, indiquen políticas más justas y efectivas a corto, mediano y largo plazo?

En 2004, la Alianza Internacional de Habitantes junto con las organizaciones populares de Nairobi en particular la Red Parroquial de Kutoka con el apoyo de los Misioneros Combonianos, lanzaron W Nairobi W! [4]  , una de las Campañas Cero Desalojo más exitosas para apoyar la resistencia contra los desalojos de alrededor de 300 000 habitantes de barrios marginales.

Los objetivos declarados de los desalojos (asegurar a los habitantes de las áreas en riesgo y redefinir la infraestructura vial) aunque comprensibles eran inaceptables, principalmente porque la aplicación práctica habría conducido a la erradicación de comunidades enteras y empujado a los pobres aún más hacia la marginalidad, creando así nuevos chabolismos.

Gracias a una increíble movilización local e internacional, se ganó la batalla y se bloquearon los desalojos. La siguiente etapa de la campaña adquirió un carácter radicalmente innovador porque proponía mejorar los barrios marginales con la participación de los habitantes y el uso de los recursos financieros liberados por la cancelación de la deuda soberana de Kenia.

La propuesta fue tan innovadora que, al principio, ni el gobierno de Kenia ni las ONG que operaban sobre el terreno estaban de acuerdo. Pero la movilización local e internacional logró que las partes firmaran un acuerdo histórico: la cancelación total de la deuda de Kenia con Italia a cambio de políticas sociales participativas, en particular la mejora del barrio pobre de Korogocho, donde todo comenzó.

Los desalojos se han reanudado recientemente, esta vez con más énfasis en la construcción de la infraestructura vial que la ciudad necesita, como en el caso del proyecto vial Kibera-Langata que está literalmente dividiendo a este barrio, uno de los más poblados del mundo.

Así que queríamos saber qué había pasado mientras tanto. Por un lado, queríamos dar una mano a las organizaciones populares que sonaban la alarma, especialmente Bunge La Mwananchi y People Settlement Network, y ayudar a definir una estrategia efectiva para las acciones de resistencia.

Por otro lado, también quisimos tratar de sacar conclusiones de una naturaleza más general, para incluirlas en la capacitación y el empodarmiento de los líderes populares en la realización de Campañas Cero Desalojo en África y otras regiones del mundo.

Algunos elementos útiles para construir respuestas concretas y menos evidentes: las R-Existencias

En base a estas premisas, junto con el autor de la investigación, definimos sus objetivos, identificamos los barrios marginales de investigar (Korogocho, Huruma y Kibera) y las fuentes vivas a las que recurrir para obtener información, y acordamos la metodología participativa.

El autor ha enriquecido la investigación al incluir la literatura científica sobre el tema, proporcionando un marco de referencias, incluida la teórica, relacionada con el análisis de barrios marginales y estrategias de resistencia en comparación con las estrategias de resiliencia.

El autor pasó varios meses cruzando los varios barrios marginales, conociendo a los protagonistas de las luchas y los líderes institucionales responsables de las elecciones políticas, participando en las reuniones y las diversas actividades, y disfrutando de un punto de vista privilegiado, interno y externo al mismo tiempo, indispensable para el análisis.

Se basa en esta experiencia para proponer una serie de elementos útiles para construir respuestas concretas y menos evidentes.

De este modo, la investigación ha podido explorar, entre otras cosas, las razones por las cuales las victorias de la campaña W Nairobi se han visto comprometidas por algunas elecciones políticas, como la opción de proporcionar títulos de propiedad individuales en lugar de propiedad colectiva, lo que ha socavado la sostenibilidad social del proceso de mejora de tugurios. Muestra cómo se justifican algunas opciones, en parte por las condiciones sociales al principio, es decir, el 80 % de los habitantes de Korogocho eran inquilinos de los propietarios de la vivienda, pero también porque las instituciones y muchas ONG apoyaban las políticas de resiliencia.

Para rastrear la línea que conduce a la actualidad, la investigación ha analizado quién está impulsando la resistencia al proyecto Kibera Langata Road y cómo, así como qué punto podría alcanzar en las condiciones actuales.

El estudio llega a una conclusión que no es directa, pero la investigación proporciona efectivamente elementos para el análisis y la reflexión que deben compartirse para ayudar a unir las luchas de organizaciones individuales, un estímulo esencial para mejorar las estrategias conjuntas y presentar las propuestas de los movimientos de resistencia como alternativas creíbles, capaces de movilizar y tener impacto.

En lugar de la ”dictadura eficiente” del desarrollismo sin límites practicado, la resistencia debe considerarse como una herramienta valiosa, proporcionada por las organizaciones populares para una real ”mejora participativa de barrios marginales”.

Al verlo de esta manera, podríamos intentar conciliar, mediante políticas alternativas y apropiadas, el enfoque descendente y el mecanismo ascendente.

Ahora depende de las organizaciones populares analizar esta investigación de manera atenta, para ayudar a otras en su propio territorio para comprender lo que realmente sucede, las debilidades y el potencial. De esta manera, las reivindicaciones de la  resistencia pueden ser apoyadas, incluida la lucha subyacente de naturaleza ideal y política, incluso con el apoyo de evidencia científica.

Así podemos trabajar para la unidad y el impacto de las luchas de resistencia.

También podemos dejar claro a los responsables de la toma de decisiones que los movimientos de resistencia deben considerarse como un valor agregado y merecen una atención prioritaria en todos los procesos de mejora de barrios marginales, no para ser aplastados o hechos impotentes, sino para hacer una contribución sustancial a la resolución de los problemas sistémicos inherentes a la participación, derrotando la falta de transparencia, frustración e insostenibilidad.

En otras palabras, la resistencia debe ser reconocida como una fuerza motriz efectiva porque es una expresión de seres vivos, por lo tanto, no solo promueve los derechos humanos y el medio ambiente, sino también el progreso y la responsabilidad de los habitantes como co-gobernadores de los asentamientos en los que viven y contribuyen a la construcción.

Las R-Existencias: Resistencia a la destrucción para afirmar el derecho de las personas y las comunidades a Existir.


*  Coordinador Global AIH, noviembre de 2018

[1] PIDESC  Observación general n. ° 4 (1991) El derecho a una vivienda adecuada (Art. 11 (1).
https://www.escr-net.org/resources/general-comment-4

[2]  PIDESC Observación general núm. 7 (1997) El derecho a una vivienda adecuada (Art. 11.1): desalojos forzosos. https://www.escr-net.org/resources/general-comment-7

[3]  PIDESC Observación general núm. 24 (2017) del CESCR sobre las obligaciones del Estado en virtud del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el contexto de las actividades comerciales https://tbinternet.ohchr.org/_layouts/treatybodyexternal/Download.aspx?symbolno=E/C.12/GC/24&Lang=en

[4]  https://esp.habitants.org/campana_cero_desalojos/campana_w_nairobi_w



 

Table of Contents

Table of Contents...3

List of Acronyms..5

The R-Existences: lessons from the slums of Nairobi, Cesare Ottolini...6

Introduction...11

Methodology...14

Chapter 1: Literature Review and Conceptual Framework ...16

1. Implementing large scale projects: a story of top-down versus bottom up...16

1.1 Attempts at reconciling top-down and bottom-up...16

2. Participation as a reconciling mechanism...18

2.1 Setting up failure in participation...21

2.2 Elite capture in slum upgrading...23

3. Understanding resistance...25

3.1 State power and urban rebellion...25

3.2 The contraptions of resilience and limited space for resistance...26

3.3 The tools that remain...28

4. Treating community with caution...30

4.1 Mobilizing community...31

Chapter 2: Contextualizing slum upgrading in Kenya ...34

1. Contextualizing the three case studies...35

1.1 Overview of the Korogocho slum upgrading project...36

1.2 Overview of the Huruma slum upgrading project...40

1.3 Overview of the Kibera-Langata roads project...46

Chapter 3: Who are the resistant groups? ...50

1. Resistance groups in Korogocho...50

1.1 Organization of resistance bodies in Korogocho...50

1.2 Timeline of the resistance in Korogocho...52

1.3 Resisters’ relation to participatory bodies...53

1.4 The strategies used by resisters in Korogocho...53

2 Resistance groups in Huruma...55

2.1 Organization of resistance bodies in Huruma...55

2.2 Timeline of the resistance in Huruma...57

2.3 Resisters’ relation to participatory bodies...58

2.4 The strategies used by resisters in Huruma...59

3. Resistance groups in Kibera...60

3.1 organization of resistance bodies in Kibera...60

3.2 Timeline of the resistance in Kibera...62

3.3 Resisters’ relation to participatory bodies...63

3.4 The strategies used by resisters in Kibera...63

4. Concluding remarks...66

Chapter 4: Evaluating Resistance ...67

1. Resistance and the buying of time...67

2. Redistributing project benefits...71

3. Resistance: open defiance and democratizing slum upgrading...76

4. Not everyone wants to resist...80

5. Participatory structure versus non participatory structure...82

Chapter 5: Sustaining and Supporting Resistance ...84

1. First, learn and understand...85

2. Organizing...86

3. Action...87

Conclusion...89

Bibliography...92

Keywords

R-Existences


Os(As) seguintes Tradutores(as) Voluntários(as) pelo direito à moradia sem fronteiras da AIH colaboraram com a tradução deste texto:

Berenice Mondillo, Mariel Figueroa, Magali Barbeito

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